La transa en la UACH y el bajón en la UTCH

Feliz, porque nadie patea a un perro muerto

Más presión fiscal al precio de las gasolinas

El fin de semana aparecieron algunas pintas en la ciudad, narcomensajes con acusaciones directas a agentes de la Policía Estatal, nada fuera de lo común en medio de la guerra de balas y propaganda que libran los grupos criminales extendidos por toda la entidad.

Los agentes estatales Javier Maximino y Núñez Gil -decían los textos apenas legibles en bardas, como el que puede verse en la edición digital de GPS- eran los señalados de vender “cristal rojo” en Chihuahua y realizar extorsiones. La firma supuestamente era de “La Empresa”, el conocido grupo delincuencial.

Pues bien, quienes conocen los hilos de los agentes policiacos, de todos los niveles, nos reportan que las pintas tenían otra intención más allá de soltar la acusación al aire; algo peor, aseguran, se esconde detrás del intento de exhibición pública de dos elementos que andan en las filas como otros tantos.

Está bien que la infiltración criminal de las corporaciones de seguridad es una realidad por todos conocida, pero este señalamiento en particular, consideran, tiene más la pinta de "poli-narcomensaje", es decir, podría estar diseñado, operado e instalado dentro de la misma Policía Estatal, más que del grupo criminal que aparece como firmante.

De hecho, a juzgar por antecedentes recientes, Jonathan Hernández, mando de turno de la corporación en la corporación, es quien aparece como sospechoso de haber ordenado las pintas, en sitios en los que bien pueden actuar los autores del mensaje sin problema alguno.

El jefe policiaco, mejor conocido como “El Guacho”, ha sido ampliamente cuestionado en las filas porque fue el presunto responsable de generar una fricción indebida con una célula delincuencial entre Guadalupe y Calvo y Balleza, el pasado mes de agosto.

Según las versiones de todos conocidas, “El Guacho” extorsionó a gente cercana a un líder criminal de aquella región, Ventura Corral, alias “El 35”, por lo que su gente reaccionó, días después, con la captura, levantón, desarme y tableada a una decena de policías estatales, a quienes los regresaron a Chihuahua muertos de miedo.

Es decir, esa agresión a los agentes estatales habría sido producto de una mala actuación de Hernández, quien la libró porque no iba en el grupo agredido. Para protegerlo, semanas después del penoso incidente fue nombrado jefe de turno en la capital del estado.

Ahora, para colmo, las pistas sobre las narcopintas apuntan a que él habría sido el responsable de hacerlas, en contra de sus propios compañeros, lo que no sería novedad.

Si ya se atrevió a ponerlos en riesgo en despoblado, qué más da simular que un cártel reclama un supuesto mal proceder de unos policías estatales, para ponerlos a disposición de Asuntos Internos... o algo peor.

***

Es muy diferente la historia cuando las cosas son bien hechas, no sólo con planeación, sino con mano izquierda, para sacar ventajas institucionales muy lejos de migajas personales que a la postre son manchas negras que persiguen a los funcionarios.

Recuérdese la licitación LA-908047994-E7-2021, consistente en la compra de equipo fotovoltaico e iluminación con Led lanzada en 2021, a un año de que Luis Fierro saliera de la rectoría de la Universidad Autónoma de Chihuahua, en la opacidad clásica que predominó en su administración y que le permitió incluso para dar jugosas liquidaciones fuera de ley a sus más cercanos.

El negocio consistía en una renta del equipo con opción a compra, con grandísimas diferencias entre una de las empresas y dos de ellas; Energon Industries pedía para la venta tres millones en números redondos, mientras Condural sustentable y Construcciones Integrales pedían 9.5 y 6.8 millones respectivamente. Algo olía muy mal.

Por supuesto, la licitación cayó por su propio peso. Tenía aroma a transa típica del año de Hidalgo, cuando ya Javier Corral había entregado la administración y Fierro había perdido la protección de la que gozó.

Decimos que hay diferencia cuando se hacen bien las cosas, porque sin tanto ruido, Kamel Athié puso mil 608 celdas fotovoltaicas en la Universidad Tecnológica de Chihuahua, donde ha logrado ahorros significativos; pasó de pagar tres millones anuales de electricidad a escasos 600 mil pesos.

Dichas celdas solares, que producen 26 mil kilowatts mensuales, costaron algo así como 13 millones, financiados con recursos estatales, federales y propios de la institución.

La UTCH cumple año y medio con la obra, que le permitió tener excedentes de recursos para invertir en modernización de sus laboratorios, nada despreciables 4.5 milloncitos.

***

El secretario de Desarrollo Humano y Bien Común, Rafael Loera Talamantes, andaba feliz los últimos días, por sus regalos de Navidad o, tal vez, a una máxima política mexicana, especialmente de los priistas: nadie patea a un perro muerto.

Y es que la dirigencia estatal del PRI, en la que funge como gerente o lugarteniente el diputado federal Alejandro Domínguez, presentó una denuncia contra el funcionario ante el Instituto Estatal Electoral, por presuntos actos anticipados de campaña y supuesta propaganda política mediante su cargo público.

La denuncia dada a conocer por el mismo tricolor fue oxígeno puro para Loera Talamantes, pues nadie tendría necesidad de inconformarse de no percibirse algún avance político-electoral del secretario, quien mantiene la mano levantada para ser candidato del PAN a la Presidencia Municipal de Chihuahua.

Así que, contradictoriamente, la denuncia priista en vez de frenar las estrategias de posicionamiento del panista, pareció darle mayor impulso en esa carrera interna del panismo y en la proyección de su nombre entre el electorado capitalino.

***

En auténtico brete están los gasolineros del país entero, no sólo los de Chihuahua, por la determinación del gobierno federal de aumentar 3.79 por ciento el Impuesto sobre Productos y Servicios, el temible IEPS.

La cuestión es quién pagará los platos rotos: los consumidores o los concesionarios de expendios de combustible, porque ya quedó claro con la publicación en el Diario Oficial de la Federación -apenas iniciada la semana- que no será el Gobierno Federal quien se autocastigue.

Son insignificantes 24 centavos en el caso de la gasolina Magna, 20 centavos en la Premium y 26 en el Diesel, por litro, pero en volumen hacen una suma grandísima para el conjunto de consumidores de Chihuahua, arriba de los 700 millones de pesos anuales.

Pegará en el bolsillo al llenar un tanque de 40 litros, ya que cada automovilista pagará de excedente 9.6 pesos si echa Magna, ocho pesos si es Premium y 10.4 pesos si es Diésel.

Si el gobierno pretende no absorber el aumento, como todo parece indicar, para sostener el precio de la Magna en 24 pesos, le estaría dejando a los concesionarios 14.91 pesos por litro, y no los 15.12, que les quedan actualmente, para pagar el costo del combustible, gastos de importación y transportación.

Lo otro sería castigar al consumidor, trasladando el aumento del 3.79 por ciento del IEPS, para dejar el combustible en 24 pesos con 24 centavos.

La decisión o indecisión deberá estar lista esta semana para entrar en vigor el jueves de la próxima. A quién castigar es la decisión, porque la cobija no alcanza para cubrir a todos, sólo al gobierno; el SAT no perdona.