Ciudad de México.- ¡Hoy! ¡Sí, hoy aparece aquí "El Chiste más Mondao en Todo lo que va del Año"! Y ¿qué es eso de "mondao"? En el habla popular de algunos pueblos de Nuevo León "mondao" es "mondado", palabra usada en vez de "pelado", vocablo que se considera peladez. El dicho cuento no es para ser leído por personas con escrúpulos de moralina, repulgos de falsa decencia o pruritos de anacrónica civilidad, lo cual hago de su conocimiento desde ahora a fin de que eviten posar los ojos en esa vitanda narración. Mis cuatro lectores la hallarán al final de esta columna. "Cuando Dios dice: 'A barrer', del cielo caen escobetas". No fueron escobetas las que cayeron sobre la Ciudad de México este último domingo, sino una lluvia, la más lluviosa en décadas, que causó inundaciones por doquier, y también por dondequiera. El Aeropuerto "Benito Juárez" sufrió trastornos graves por causa de la tromba, con perjuicios de consideración para un gran número de pasajeros. Obsoleto es ya ese aeropuerto, y el que hizo construir a costo altísimo el cacique de la 4T ha servido para dos cosas: para nada y para pura chileta. Y pensar que pudimos tener un aeropuerto de primer mundo, frustrado por la caprichosa prepotencia del autócrata que tantos y tan grande daños ha causado a México, y cuyos designios antidemocráticos siguen siendo puestos en práctica por la mafia que formó para seguir ejerciendo tras bambalinas el poder. Vivimos un maximato como el que Calles instauró, pero sin ningún Lázaro Cárdenas a la vista capaz de terminarlo. La llamada reforma electoral, tan aberrante y torpe como la judicial, será uno de los últimos clavos en el ataúd de la democracia en México. La camarilla que se ha apoderado de nuestro país exhibe una clara tendencia hacia lo dictatorial. Abolidos los restos que quedaban de la ley; destruidas las instituciones republicanas; sin frenos ni contrapesos ya el Estado, nos esperan Cuba, Nicaragua y Venezuela. Al tiempo. Se cuenta que la esposa de Edison insistía en llevar a cabo el acto conyugal con la luz apagada. "Pero, mujer -protestaba el genial creador-. ¿Para qué crees que inventé la bujía eléctrica?". Una foca del Ártico amaneció ojerosa y desvelada. Explicó: "Tuve el foco prendido toda la noche". Esos dos lenes cuentecillos me sirven de proemio para relatar "El Chiste más Mondao (o sea más pelado) en Todo lo que va del Año". Helo aquí. Desde el principio mismo de su matrimonio aquel marido impuso la costumbre de hacer a oscuras el amor con su mujer. Eran los malos tiempos del dominio patriarcal del hombre, de modo que la esposa no objetó esa disposición de su consorte. Así pasaron los años -¡ah, cómo pasan los canallas!-, con el sexo ejercido siempre por aquella pareja en la más absoluta oscuridad. Una noche, sin embargo, la señora encendió la luz por algún motivo que no he podido averiguar. Lo que entonces vio la dejó estupefacta. He aquí que su marido no usaba su atributo natural en la realización del acto. Empleaba una prótesis, un miembro artificial hecho de material plástico o de hule, lo que en inglés se llama dildo, palabra que algunos etimologistas sajones hacen derivar del italiano diletto, que en este caso significa, deleite, gozo, gusto, placer o recreo. La mujer se indignó al ver lo que nunca había visto. Encrespada le dijo a su marido: "Me debes una explicación. ¿Por qué este artilugio?". Respondió él: "Lo he usado desde el principio de nuestro matrimonio. Padezco un caso de disfunción eréctil congénita. De ahí lo de este artefacto, y lo de la luz apagada. Y tú también me debes una explicación. Dime cómo es que has tenido cinco hijos". FIN.

MIRADOR

Por Armando FUENTES AGUIRRE.

¿Recuerdas, Terry, amado perro mío, cuando subimos al alto monte llamado Coahuilón por la vereda de los leñadores? Era temprano en la mañana. Brillaba el sol como si fuera el primer día del mundo, y el rocío brillaba en las agujas de los pinos igual que estrellas diminutas.

Vimos escurridizas codornices, y un ciervo nos miró pasar, sereno y majestuoso con su alta cornamenta de diez puntas. Sorprendimos en un pradillo a un vanidoso guajolote silvestre paseando la pompa de sus plumas entre su harén de grises hembras.

Con eso quiero decir, Terry, que contemplamos la vida. Tú ya no estás en ella. Deberías estar. Fuiste fiel como. como un perro, y esa fidelidad, y el afecto que tuviste para la amada eterna y para mí, merecerían durar por siempre.

Nada es para siempre, querido perro. Todo es para nunca. Pero mientras me llega el nunca déjame recordarte, Terry, y recordarla a ella. Todos los olvidos se disipan con un solo recuerdo.

¡Hasta mañana!...

MANGANITAS

Por AFA.

". 'Defenderé la soberanía', dice Claudia Sheinbaum.".

La frase se ha vuelto clásica,

aunque el pueblo no la entienda.

Será mejor que defienda

lo que es la canasta básica.