Los políticos mexicanos tienen una nueva razón para ser cautos.
La policía de la moda está de guardia.
En los últimos meses, los usuarios de redes sociales han estado a la cacería de marcas de diseñador, relojes de lujo y otros marcadores de riqueza en los políticos mexicanos. Se preguntan —incluso en un país donde hay muchos hastiados por la corrupción— ¿cómo es que los servidores públicos son capaces de costear estos lujos aparentes?
“Hay una desconexión entre el discurso oficial y la forma de vida que están teniendo los políticos,” dijo Jorge García Orozco, un profesor de preparatoria (bachillerato) y periodista que se ha hecho de una base de seguidores en aumento al mostrar el estilo de vida de funcionarios mexicanos y cuestionar cómo lo costean con salarios de gobierno.
“Muchos ciudadanos, yo me incluyo, estábamos hartos de la clase política dominante”, dijo.
Con más de 100.000 seguidores en su cuenta en X, el trabajo de García Orozco alcanzó una gran popularidad este verano. Muchas de sus publicaciones empezaron con datos online de personas que actuaban como lo que él describió como la fashion police, o la “policía de la moda para políticos”.
Esta notoriedad también le ha granjeado enemigos. Gerardo Fernández Noroña, un senador que ha aparecido en sus publicaciones ha calificado su labor como “deleznable” y lo acusó de trabajar para los opositores al gobierno.
En una entrevista, García Orozco, de 37 años, negó esa acusación y dijo que en realidad lo habían inspirado unas declaraciones que hizo el fundador del partido político de izquierda del senador, Morena. Recordó que, siendo adolescente, escuchó en una entrevista a Andrés Manuel López Obrador arremeter contra la corrupción; mucho antes de que el político llegara a la presidencia impulsado por una ola de energía populista en 2018.
“Él decía que los mexicanos estamos hartos del político fantoche que cobra mucho dinero, ostentoso, que tiene muchos asesores, que trae relojes y zapatos de marca. Y lo que la gente quiere es tener buenos servicios”, dijo García Orozco. Dijo recordar que en ese entonces pensó que eso es lo que deseaba para su país.
Y añadió: “A lo mejor ellos cambiaron, pero yo no”.
García Orozco, quien también es profesor de español de preparatoria en Guadalajara, lleva años investigando registros públicos y a funcionarios, recientemente para el medio de comunicación en línea Eme Equis. (Entre sus seguidores se encuentran algunos estudiantes, dijo).
Pero fueron sus recientes publicaciones en las redes sociales sobre las apariencias de los políticos las que tocaron la fibra sensible, sobre todo porque Morena, el partido político de izquierda que fundó López Obrador, ha llegado a dominar los tres poderes federales, en parte con lineamientos de austeridad y el lema de ayudar primero a los pobres.
García Orozco reconoció que algunas de sus publicaciones han sido inexactas. Hace poco eliminó una afirmación que indicaba que una senadora de Morena llevaba un reloj Cartier y compartió la respuesta de ella donde decía que se trataba de un modelo Anne Klein más barato.
“Como no tengo agenda, le doy un espacio de réplica”, dijo.
El aumento de interés en su cuenta en X también está generándole dinero a García Orozco, aunque no quiso decir cuánto. Pero insistió en que su principal objetivo es mostrar al público cómo se comportan los políticos, diciendo: “Al poderoso se le tiene que seguir cuestionando”.
La prominencia de García Orozco aumentó al mostrar lo que parecían ser las lujosas vidas de Sergio Gutiérrez Luna, entonces presidente de la Cámara de Diputados de México, y de su esposa, Diana Karina Barreras, también legisladora.
Publicó capturas de pantalla en las que aparecían, entre otros, con relojes Hublot o Cartier, chaquetas Moncler, gafas de sol Chanel y zapatos Dolce & Gabbana. También planteó preguntas sobre cuadros caros en su casa y entradas VIP para la Fórmula 1.
Barreras y Gutiérrez Luna no respondieron a las solicitudes de comentarios. Pero el mes pasado Gutiérrez Luna afirmó que la atención era una campaña de los opositores dirigida contra él. Negó que algunos artículos fueran caros y dijo que sus críticos no habían tenido en cuenta que había trabajado como abogado con práctica privada durante una década
“Hay que distinguir la parte privada de la parte pública”, dijo y añadió “En lapsos de mi vida, no he sido servidor público”.
García Orozco reconoció que no puede saber a ciencia cierta el origen de las prendas que llevan los políticos. Pero dijo que en la mayoría de los casos tenían mala pinta.
Si los opulentos accesorios son auténticos, dijo, son incongruentes con el salario típico de los legisladores de la cámara baja de México, unos 56.000 dólares al año.
Si no lo son, dijo, plantea una serie diferente de preguntas incómodas.
“Son políticos que se supone que deben ser ejemplares y la piratería aquí es un delito”, dijo, y añadió “Este tipo de personajes no se ponen knockoffs”, refiriéndose a las imitaciones.
García Orozco no solo se ha centrado en los legisladores federales, sino que ha causado sensación al afirmar que la alcaldesa de una ciudad del occidente de México llevaba joyas de Van Cleef & Arpels —valoró un artículo en 21.000 dólares— y relojes Cartier de hasta 16.000 dólares. (La alcaldesa no respondió a un correo electrónico en busca de comentarios).
Y cuando los nuevos magistrados de la Suprema Corte de México tomaron posesión de su cargo este mes, García Orozco mostró lo que dijo que parecían ser los zapatos Salvatore Ferragamo de 900 dólares del presidente de la Corte, Hugo Aguilar Ortiz.
En julio, Aguilar Ortiz se rió de insinuaciones similares, diciendo que en realidad llevaba “unos tristes Flexi”.
Al preguntarle por el señalamiento de García Orozco, una portavoz del tribunal envió una captura de pantalla del sitio web de Sears, donde se venden mocasines Flexi por alrededor de 70 dólares.