La gente, asombrada al ver pasar a la mujer, se estiraba o volvía la mirada. Algunos pedían selfis, otros la ayuda del gobierno. Una mujer ofreció una bendición, un hombre se puso a cantar.

Todos tenían la misma pregunta.

“¿Eres la presidenta?”, preguntó Manuel H. Garza, mexicano de 66 años jubilado, sorprendido de verla pasear por las calles de Ciudad de México.

No se trataba de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, como muchos pensaban, sino de una actriz que ha ligado su fortuna a la primera jefa de Estado del país y que ha ganado fama nacional gracias a su asombroso parecido.

Sheinbaum y la actriz Tamara Henaine tienen la misma estatura. Tienen ojos y cabello oscuros similares. Incluso sus sonrisas se parecen. (Es cierto que Henaine ha estado practicando.)

En opinión de Henaine, ha nacido para este papel.

“Te lo juro que siento que sí”, dijo, y añadió: “Creo en el destino”.

De momento, durante el primer año del sexenio de Sheinbaum, el destino ha sido bueno para la carrera de Henaine.

Mientras la presidenta real ha gestionado con delicadeza las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y las crisis internas, los índices de aprobación de Sheinbaum recientemente han alcanzado hasta el 79 por ciento.

Henaine, de 33 años, también ha visto como su popularidad aumenta. La confunden a menudo por la calle con la presidenta. Millones de personas han visto en las redes sociales sus videos imitando a Sheinbaum, y recientemente lanzó una comedia teatral sobre la presidenta y Trump.

Henaine llama a su personaje Claudita.

Se describe como una actriz independiente y afirma que no busca dar un impulso político a la presidenta, aunque dijo que admira su compostura, inteligencia y otros atributos. Ni el equipo ni el partido de Sheinbaum le han pagado, afirmó, y añadió que también ha rechazado solicitudes para promocionar productos o marcas como Claudita.

A veces, la gente que la confunde con la presidenta le presenta sus quejas cívicas a Henaine, y airea agravios sobre baches o financiación gubernamental. Para diferenciarse de Sheinbaum en su vida privada, Henaine a veces se tiñe el pelo un poco rubio.

A Henaine, como actriz, también le preocupa que después de tantos años de interpretar a una persona la encasillen. Aunque confiaba en sus habilidades, ha estado estudiando psicología como respaldo.

“También es parte del proceso cuando estás haciendo un personaje tan poderoso, tan fuerte, pues te mimetizan con el personaje”, dijo.

Henaine es mucho más joven que Sheinbaum, de 63 años, y no están emparentadas. Pero se parece tanto a la presidenta que ha bromeado con su propia madre sobre ello.

“Me voy a hacer una prueba de ADN”, dijo, “o le voy a mandar a Claudia mi carta de adopción”.

La carrera de Henaine ha progresado de forma paralela a la de Sheinbaum, quien era científica climática antes de entrar en la política.

La primera etapa de Sheinbaum en el gobierno fue como secretaria del Medio Ambiente de la Ciudad de México, cargo para el que fue nombrada después de que su mentor, Andrés Manuel López Obrador, se convirtiera en jefe de gobierno de la capital en 2000. Cuando este se convirtió en presidente en 2018, ella se presentó como candidata a la jefatura de gobierno de Ciudad de México y ganó.

Henaine soñaba desde hacía tiempo con ser actriz. Asistió a la escuela de interpretación del gigante de la televisión mexicana Televisa, y actuó sobre todo en telenovelas, melodramas y teatro.

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Hasta la campaña de Sheinbaum a la jefatura de la ciudad. Fue entonces cuando los productores de un conocido programa de televisión, una sátira política, se fijaron en ella y le dieron el papel de la política en ascenso.

Henaine dijo que era la primera vez que alguien le decía que se parecía a Sheinbaum.

Por aquel entonces, Sheinbaum tenía el pelo rizado, así que Henaine llevaba peluca en el programa, dijo Dulce López, una de las productoras que la seleccionó para el papel. Pero en los últimos años, Sheinbaum ha llevado el pelo lacio, lo que crea una semejanza “idéntica”, dijo López.

Henaine interpretó a Sheinbaum por dos años antes de que terminara la serie, y fue entonces cuando empezó a estudiar psicología. Pero el papel volvió a llamarla en 2024, cuando Sheinbaum se presentó a las elecciones presidenciales y Henaine participó en un espectáculo teatral que imitaba los debates presidenciales.

“Yo tengo algo pendiente con este personaje”, dijo. “Yo quería humanizarla y el personaje que yo he creado es esa faceta de Claudia que a lo mejor la gente no la ve”.

Para promocionar el programa, Henaine publicó videos cómicos en los que aparecía con votantes en una campaña electoral simulada, viajando en el transporte público de Ciudad de México y conversando con una imitadora de la principal contendiente en las elecciones de Sheinbaum. Algunos videos obtuvieron varios millones de visitas.

Para perfeccionar su actuación, Henaine estudió innumerables videos de Sheinbaum. Dijo que Sheinbaum era más relajada cuando hablaba como jefa de gobierno, pero se volvió más formal como candidata presidencial.

Se ha reunido con Sheinbaum tres veces, incluso durante un acto de campaña real en el que ambas recitaron un eslogan de campaña, sonrieron y se abrazaron. El video de ese encuentro tiene más de 24 millones de visitas combinadas entre TikTok e Instagram.

Otros funcionarios destacados también se han reunido con Henaine, como el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de México, y el jefe del partido político de Sheinbaum, Morena. Ambos se sorprendieron por el parecido y grabaron breves videos con Claudita para las cuentas en las redes sociales de ella.

Un portavoz de Sheinbaum no respondió a las peticiones de comentarios sobre su doble profesional.

Después de que Sheinbaum ganara de manera aplastante las elecciones de 2024 y, así, un mandato presidencial de seis años, Henaine dijo que veía años de trabajo por delante.

Su nuevo espectáculo es una parodia de las Mañaneras, las conferencias de prensa matutinas diarias de la presidenta —se llama “La risa Mañanera”— y de su relación con Trump. Henaine dijo que su actuación no tiene tanto que ver con burlarse de Sheinbaum como con un esfuerzo por reírse de la política en general.

“Es la primera mujer que llega a la presidencia y es un momento histórico”, dijo Henaine. “Va a haber fallas, va a haber aciertos y el sistema es lo que se critica”.

Sheinbaum ha sido invitada al espectáculo, pero no ha asistido. Algunos legisladores federales de su partido político sí lo han hecho.

Pero recientemente, con maquillaje, el pelo recogido en una coleta y vistiendo una blusa tradicional mexicana, Henaine se parecía lo suficiente a Sheinbaum como para confundir a muchos durante las celebraciones del Día de la Independencia de México.

La ceremonia principal del mes pasado, a la que se anunció que asistieron unas 280.000 personas, fue la primera presidida por una mujer en 215 años de historia de México.

Incluso cuando Henaine dijo a la gente que no era la presidenta, muchos se tomaron una foto con ella de todos modos.

Diana Puente, de 32 años, había hecho un viaje de seis horas desde su estado natal, San Luis Potosí, con su madrina y una amiga para ver a Sheinbaum esa noche. No pudo tomarse una foto con Sheinbaum, quien presidió el acto desde el balcón del Palacio Nacional, así que por ahora tuvo que conformarse con Henaine.

“Es tiempo de mujeres”, dijo Puente.

Sobre todo, dijo Henaine, recibió reacciones positivas de los mexicanos, un beneficio de la popularidad de Sheinbaum, especialmente cuando la gente las confunde.

Horas antes del acto del Día de la Independencia, un hombre se acercó a Henaine en el Zócalo, la plaza principal de la ciudad, y le dirigió un apasionado discurso. Lamentó los ataques verbales que había recibido de sus oponentes políticos. La instó a mantenerse firme.

Y antes de alejarse, añadió: “Te veré más tarde”.