Nueva York.- Wilmer Chavarría vivía a todo lujo tras fingir su propia muerte.
Durante cuatro años, este narcotraficante ecuatoriano, aliado del Cártel Jalisco Nueva Generación de México, se movió entre Dubai, Marruecos y España, presuntamente supervisando su imperio de la droga y asesinatos por encargo en Ecuador, todo ello mientras se hospedaba en los hoteles más exclusivos, dijo el Gobierno ecuatoriano. Para evitar ser detectado, se sometió a siete cirugías para alterar su apariencia y cambió su nombre a Danilo Fernández.
La suerte de Chavarría se acabó el domingo cuando las autoridades españolas lo arrestaron en el aeropuerto de Málaga, a donde viajaba procedente de Marruecos. Un alto funcionario de seguridad ecuatoriano lo calificó como el criminal más peligroso en la historia del país, responsable de 400 asesinatos. Christopher Landau, subsecretario de Estado de Estados Unidos, afirmó que era "una de las figuras del crimen organizado más tristemente célebres de Latinoamérica". "Algunos lo daban por muerto", declaró Daniel Noboa, Presidente de Ecuador. "Lo buscamos en su propio infierno".Chavarría, mejor conocido por su alias Pipo, es el capo de la droga más reciente en caer en Ecuador. También es el último de un grupo original de jefes criminales presuntamente responsables de la ola de violencia que comenzó con asesinatos masivos en prisiones en el 2021 antes de extenderse a las calles.
Ecuador es ahora uno de los países con más asesinatos del mundo. Los homicidios en Ecuador han aumentado aproximadamente 800% desde el 2018 y se perfilan a un récord este año de cerca de 50 homicidios por cada 100 mil habitantes, reflejan datos de la policía ecuatoriana. Cuatro de las 10 ciudades con mayor índice de homicidios del mundo se encuentran ahora en Ecuador, reporta el Instituto Igarapé, un centro de expertos brasileño. Chavarría surgió de un submundo criminal ecuatoriano que en su momento estuvo dominado por una banda carcelaria que colaboraba con el cártel de Sinaloa en México para traficar cocaína colombiana hacia el norte. Chavarría y su banda, Los Lobos, fueron empleados como sicarios. Cuando el líder de la banda carcelaria fue asesinado en el 2020, la violencia estalló. Los Lobos pelearon con otras bandas por las rutas del narcotráfico y el poder. Bajo el liderazgo de Chavarría, los Lobos se convirtieron en la banda más poderosa del país, con el respaldo del Cártel Jalisco Nueva Generación de México, dicen funcionarios estadounidenses y ecuatorianos. Además del narcotráfico, incursionaron en la minería ilegal de oro, la extorsión y otros delitos. A medida que la violencia de las bandas se intensificaba en el 2021, Chavarría fingió su muerte utilizando un certificado de defunción falso, dijo John Reimberg, Ministro del Interior ecuatoriano. La familia de Chavarría afirmó que falleció de un infarto provocado por Covid-19, pero altos mandos policiales sospechaban que seguía vivo. Huyó de Ecuador en el 2022 con un pasaporte colombiano falsificado tras obtener una identificación venezolana falsa. Viajaba con frecuencia a España y otros países europeos para supervisar envíos de droga, afirmó Reimberg. "Se hospedaba en los hoteles más caros de Europa, con dinero proveniente del narcotráfico, la minería ilegal y los asesinatos", declaró Reimberg. "No habrá impunidad". Desde el extranjero, Chavarría supervisó a Los Lobos, grupo que las autoridades afirman participó en el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio en el 2023. Estados Unidos y Ecuador han designado a Los Lobos como organización terrorista, cuyos miles de miembros son presuntamente responsables de atentados con coche bomba, masacres en prisiones y asesinatos políticos. Noboa ganó la reelección este año con la promesa de aplicar mano de hierro contra grupos como Los Lobos, pero no ha logrado detener el derramamiento de sangre. Ha desplegado soldados para patrullar las calles y retomar cárceles antes controladas por pandillas. Recientemente abrió una nueva prisión de máxima seguridad. El domingo, sus planes de seguridad sufrieron un revés cuando los ecuatorianos rechazaron la propuesta de reforma constitucional para permitir la operación de bases militares extranjeras en el país. Su aprobación habría allanado el camino para el regreso de una base estadounidense usada para operaciones antinarcóticos. El rechazo a la reforma constitucional se produjo un mes después de que un coche bomba mató a una persona e hirió a otras al explotar frente al Hotel Sheraton en Guayaquil, la ciudad costera en las líneas del frente de la violencia del narco. Días antes del referéndum del domingo, las autoridades reportaron que más de 30 reclusos fueron asesinados -muchos ahorcados- por pandillas rivales en una cárcel de la ciudad de Machala. Mario Pazmiño, ex director de la inteligencia militar ecuatoriana, afirmó que no estaba claro quién podría tomar el control de Los Lobos. Una lucha por el liderazgo podría desencadenar más violencia entre las facciones de la pandilla. "Cada uno de ellos intentará tomar el control de la organización", indicó. "Se reorganizará para continuar con sus actividades delictivas". Las sangrientas luchas por el liderazgo son un problema que desde hace tiempo aqueja a otras naciones en el epicentro de la guerra de décadas contra el narcotráfico en Latinoamérica, subrayando la dificultad de contener la violencia y frenar el flujo de drogas. "Esto yace, en cierto modo, al meollo de por qué resolver el problema del narcotráfico es tan complicado", dijo Renata Segura, directora del International Crisis Group en Latinoamérica. "Hay un número aparentemente interminable de personas dispuestas a emprender estas actividades peligrosas debido a la gran cantidad de riqueza que generan". En México, estalló una guerra entre las familias de los fundadores del cártel de Sinaloa tras la captura del patriarca Ismael "El Mayo" Zambada en el 2024. Zambada declaró haber sido traicionado por el hijo de su antiguo socio, Joaquín "El Chapo" Guzmán, lo que desató una batalla entre las dos familias que se disputaban el control del cártel. Más de 2 mil personas han muerto y otras 3 mil han desaparecido desde que estalló el conflicto hace 14 meses. Las fuerzas de seguridad mexicanas no han podido detener la violencia. La Presidenta Claudia Sheinbaum atribuye la violencia a la captura de Zambada. En Colombia, el acuerdo de paz del 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fue celebrado tras décadas de terror sembrado en el país por el grupo guerrillero vía secuestros, extorsiones y ataques a pequeñas poblaciones. Pero tras deponer las armas, miles de combatientes se desmovilizaron en algunas de las regiones productoras de cocaína más lucrativas de Colombia, dejando un vacío de poder. Esto propició la aparición de numerosos grupos armados que se pelean el botín. Escribe a Ryan Dubé a ryan.dube@wsj.com Traducida del inglés por Grupo Reforma
