Contar que “mamá está en el cielo”, querer ir a ese cielo con ella, empezar a tartamudear, son algunas de las afectaciones que la primogénita de Leslie G. C. ha enfrentado con menos de tres años, tras el asesinato de su madre y el no poder tener en casa a su hermanito, quien fue extraído del vientre de la mujer y quien está aislado sin conocer a su familia en un hospital público de la ciudad, ante la falta de diligencias de la Fiscalía de Distrito Zona Norte.
La madre de Leslie contó a El Diario cómo han sido estos dos meses sin su hija, la omisión de la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas de Delitos por Razón de Género y a la Familia para recibir su denuncia por la desaparición de la madre de 20 años, casos de extorsión de que fueron víctimas por poner su teléfono en la vista pública para recibir información sobre el paradero de Leslie, y su esperanza de tener al bebé en el seno familiar.El 17 de julio Leslie fue desaparecida por personas aún desconocidas. Fue llevada a la casa 1909 de Puerto de Abedul en Portal del Roble, donde le fue realizada una cesárea para extraer a su bebé de siete meses de gestación, en un colchón viejo –mientras cuatro personas la detenían al tiempo que ella peleaba por su vida–, con herramientas desconocidas, para luego ser enterrada en el patio de la casa, muerta por falla orgánica ante la pérdida de sangre por la extracción de su útero.
Por el hecho, una adolescente de 16 años fue detenida y se encuentra como testigo protegido. Dijo haber hecho la cesárea por órdenes e instrucción de Martha Alicia M. A., quien está vinculada a proceso por el feminicidio agravado de Leslie, y el intento de asesinato del bebé. Su madre recuerda a Leslie como una buena mujer, querida por muchos, dedicada a su otra hija. Se enteró del embarazo por una prueba de farmacia, contó. “Ella (Leslie) me mandó por Messenger, me dijo ‘vas a ser otra vez abuela’, y ya como al mes, o no sé cuánto tenía cuando se hizo el primer ultrasonido, como cuatro meses, como en marzo se lo hizo y ahí ya salió que era un niño. Y pues ya, ‘qué suave’, le digo, ahora sí un niño. En la familia tenemos puras mujeres nietas, cinco”, recordó la entrevistada. Su espera para ver al pequeño hubiera terminado a inicios de septiembre, en que estaba programada la fecha de parto de Leslie, pero se alargó tras el violento hecho. Ahora no puede verlo ni siquiera en las instalaciones del hospital, pues no hay documento oficial que demuestre la relación familiar, pues la Fiscalía de Distrito Zona Norte ha retrasado sin una razón públicamente informada la toma de muestras para el cotejo de ADN. “Le digo a mi esposo ‘ay, viejito, ya anduviéramos con nuestro niño aquí, y ahora mira, ni niño ni Leslie”, comentó. Sobre Martha Alicia M. A., la presunta responsable del feminicidio y de intento de homicidio del bebé, dijo con enojo: “ella nos arruinó la vida. No entiendo por qué ¿ella no es mamá? ¿Que ella no tiene hijos?”. El desprecio es claro en sus palabras. “Ojalá se haga justicia con esa mujer. No es ni mujer, no sé que sea. Pienso que ni un animal se atrevería a tanto daño”, comentó. La familia de Leslie hizo un llamado a la Fiscalía para acelerar las pruebas que permitan comprobar que el bebé es parte de la familia G. C., para enseguida poder realizar ante la Procuraduría Auxiliar de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes del DIF estatal el proceso para reunificar a su familia. Leslie quería empezar a trabajar una vez que tuviera a su bebé, quería una casa propia e independizarse. “Yo le decía que ‘sí, pero no quiero que te vayas de aquí porque después me quitas a los niños’, y nada… ve”, apuntó. La asesora jurídica de la mamá de Leslie, la abogada Olivia Aguirre Bonilla, lamentó la actuación de la Fiscalía, desde el intento por interponer el reporte de desaparición hasta el cotejo de las muestras genéticas. “Siento que la negligencia se debe a que realmente no les ha interesado cumplir con los protocolos” que debe cumplir el Estado mexicano, dijo, y particularmente en Chihuahua donde existe Declaratoria de Alerta de Violencia de Género contra Mujeres desde 2021. Leslie desapareció un jueves, y a la familia le negaron la atención ese día, el viernes y el sábado, cuando le dijeron que volviera el lunes, según contaron. “Aparte de ser revictimización, es omisión de las obligaciones. Siento que puede ser falta de empatía, de capacitación de quien atiende, de quien es el primer contacto en la Fiscalía”, añadió Aguirre Bonilla. La representante legal calificó como “una especie de tortura” los retrasos de la Fiscalía Zona Norte en el cotejo de muestras para permitir la reunificación familiar. “En este tipo de situaciones debe prevalecer el interés superior del menor (de edad) y el caso de urgencia de que a la brevedad pueda estar con la familia, porque es una especie de tortura. El hecho de que la familia ni siquiera lo conozca es una incertidumbre diaria, el no saber cómo es él, no poder verlo diario es una tortura para la familia”, puntualizó. (Diego Villa, con información de Luz del Carmen Sosa/El Diario) dvilla@redaccion.diario.com.mx