Ciudad Juárez.- En la fachada de una casa de la calle Vistas de Tomóchic quedaron tres impactos de bala; cinco más perforaron la puerta y uno alcanzó un muro del interior.

En el cuarto de entrada, sobre el suelo, cuatro veladoras, un contenedor de sopa instantánea, un vaso con soda y un plato con restos de pollo rostizado recordaban ayer lo que le gustaba a Jesús Alexis G. M., asesinado ahí la madrugada del sábado, a los 16 años.

Datos obtenidos en el sector de este crimen apuntan a que cayó víctima de los disparos dirigidos desde el exterior en contra de su excuñado, quien esa madrugada, alrededor de la 1:30 am, entró corriendo en la vivienda, despertando a la familia, incluyendo cuatro niños, y tomó al adolescente como escudo.

“Se cubrió con él y ya, fue cuando empezaron a disparar más y más. A él le venían disparando, y fue cuando le dispararon a Alexis, porque se cubrió con él”, dijo una persona entrevistada y cuya identidad se omite por motivos de seguridad.

La víctima fue descrita como noble, el menor de la familia, nacido en Ciudad Juárez y quien, de su trabajo en un puesto de pollos, todos los días se dirigía sólo a su casa.

Había dejado la secundaria en el segundo grado debido a que prefirió ayudar a su madre con el gasto y no tenía problemas conocidos.

La madrugada del sábado, sin embargo, forcejeó con su excuñado, quien pudo ingresar en la pequeña vivienda porque ésta no tiene mayor protección que la chapa sin candado de la puerta principal y la madera que cubre las ventanas.

En una primera incursión, cuando el perseguido entró por el patio pero fue ahuyentado por el hoy fallecido, también hubo disparos de un tirador a quien esperaba alguien más al volante de un vehículo en la calle. La segunda vez, cuando volvió por la puerta principal y pidió que no lo sacaran porque lo iban a matar, Alexis no pudo contenerlo y recibió los impactos de arma de fuego en la cara.

“Le decía que se saliera porque había niños. ‘¡Salte!, ¡salte!’, y el hombre no se salía”, narró la persona entrevistada.

“Quiso cerrar la puerta, pero él la abrió, y fue cuando lo puso enfrente y, a pesar de eso, (Alexis) la cerró y fue cuando se desvaneció”, agregó.

Vistas de Tomóchic se encuentra en el extremo oriente de la ciudad, en Vistas de Zaragoza, un fraccionamiento de población trabajadora rodeado de lotes baldíos que llegan hasta El Sauzal, zona a su vez conocida por el frecuente abandono de cadáveres.

Un vecino que ayer por la mañana limpiaba un camión de transporte de personal dijo vivir tranquilo con sus hijos, pero una mujer que se asomaba por la reja de su casa se encerró y declinó dar entrevista argumentando tener miedo.

Alexis fue una de las víctimas de una racha que dejó 15 víctimas de asesinato en sólo 72 horas en diversos sectores de esta frontera.

Y, antes de morir, se relató en la entrevista, sobre el suelo del cuarto principal de la casa en la que ayer se preparaba el funeral, fue a su madre, de 53 años, a quien le dirigió una sonrisa y su último aliento.

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