Ciudad de México.- Básicamente, hay tres razones por las que la gente subasta sus posesiones más preciadas: la muerte, el divorcio y las deudas.

Esta última fue por la que el cineasta Francis Ford Coppola anunció una subasta.

"Necesito dinero para mantener el barco a flote", dijo desde Roma, al describir los siete relojes que ofrecerá a la venta el 6 de diciembre a través de Phillips, plataforma de subastas.

Perder grandes cantidades de dinero casi puede considerarse un deporte familiar para los Coppola.

En 1982, Coppola, conocido por la trilogía de El Padrino (The Godfather), realizó una película musical de gran presupuesto titulada One From the Heart.

Como en muchos de sus proyectos más apasionantes, él mismo aportó gran parte de la financiación.

Durante la década siguiente, su fracaso provocó una serie de quiebras. En 1992, se declaró en bancarrota, diciendo que debía 98 millones de dólares a sus acreedores y poseía activos por alrededor de 53 millones.

Resurgió, siguió haciendo películas y se convirtió en una especie de coleccionista. Además de comprar una pequeña colección de Patek Philippes y Audemars Piguet, invirtió su nombre en lujosos resorts y amasó bodegas de vinos al norte de California.

En septiembre de 2024, se estrenó la última película de Coppola, Megalópolis. Se gastaron más de 100 millones de dólares sólo en su realización.

La cinta mostraba una ciudad futurista llena de una oligarquía desenfrenada. Una vez más, Coppola afirmó que el proyecto se autofinanciaba en gran medida.

Gran parte del dinero provino de la venta de dos bodegas de vino, según informó The San Francisco Chronicle. Sin embargo, su recaudación en taquilla fue de tan solo 14.4 millones de dólares.

Hasta ahora, Coppola se ha resistido a llevarla al streaming, porque cree que necesita proyectarse en cines para ser realmente comprendida. A los pocos meses del estreno, ya le decía abiertamente a la gente que estaba en la ruina.

"No tengo dinero porque invertí todo lo que pedí prestado para hacer Megalópolis", explicó en marzo durante el podcast Tetragrammaton. "Básicamente, se ha esfumado".

Al centro de la venta de Coppola con Phillips se encuentra un reloj que él mismo diseñó en 2014 en colaboración con F.P. Journe, compañía relojera suiza.

Llamado FFC, presenta un diseño calado, que en la jerga relojera se refiere a los relojes que, en lugar de tener esferas convencionales, dejan al descubierto sus entrañas.

En el centro de la esfera está una mano enguantada. Los dedos desaparecen y reaparecen en diversos ajustes según la hora.

Se lanzó comercialmente en 2021 y su precio de venta es de alrededor de un millón de dólares. Sólo se han fabricado unos pocos y, en 2021, un prototipo se vendió por cerca de 5 millones de dólares.

Paul Boutros, vicepresidente y director de Phillips Watches Norteamérica, dijo no tener ni idea de cuánto podría pagarse por el de Coppola. Pero, estimó, la oferta inicial rondará (o superará) el millón de dólares, menos del 1 por ciento del coste de Megalópolis.

El realizador también vende dos Patek Phillipes (un Calatrava con un precio estimado de venta de entre 6 mil y 12 mil dólares y un World Time, de entre 15 mil y 30 mil dólares), un Blancpain Minute Repeater (entre 15 mil y 30 mil dólares), un IWC Chronograph (entre 3 mil y 6 mil dólares) y un F.P. Journe (entre 120 mil y 240 mil dólares) y un Breguet Classique (entre 4 mil y 6 mil dólares).