Los Ángeles, Estados Unidos.- Erik y Lyle Menendez podrán buscar la libertad condicional después de que el juez Michael Jesic del Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles redujera sus condenas a 50 años de prisión.
El fallo a su favor se registra tras una audiencia donde familiares y partidarios de los hermanos manifestaron apoyo para una resentencia.
Con el cambio, que deja de lado la condena a cadena perpetua, los Menendez pueden optar a la libertad condicional según la ley de delincuentes juveniles de California, ya que cometieron el delito siendo menores de 26 años. Sin embargo, la junta estatal de libertad condicional aún debe decidir si los libera. "No digo que deban ser liberados, no me corresponde a mí decidirlo", dijo Jesic. "Creo que han hecho lo suficiente en los últimos 35 años como para que se les dé esa oportunidad".Los hermanos no mostraron ninguna emoción aparente durante la mayor parte del testimonio mientras aparecieron a través de un video transmitido en vivo, pero se rieron cuando una de sus primas, Diane Hernández, le dijo al tribunal que Erik Menéndez recibió calificaciones A+ en todas sus clases durante su semestre más reciente en la universidad.
Luego de idas y venidas, la justicia de Los Ángeles estableció una audiencia, que arrancó este martes para evaluar la sentencia de prisión perpetua, sin derecho a libertad condicional, resultando en el esperado fallo del juez. Varios parientes de los hermanos, que a su vez están emparentados con las víctimas del crimen, abogaron por dejarlos en libertad. "Creemos que 35 años son suficientes", dijo Anamaria Baralt, prima de los Menendez. "Nuestra familia los ha perdonado de forma universal", agregó Baralt. "Ellos merecen una segunda oportunidad". Diane Hernández, sobrina de Kitty Menendez, los describió como "seres humanos extraordinarios". "No hay posibilidad alguna de que rompan la ley (si fuesen liberados). Su único deseo es hacer el bien", agregó. Lyle, de 57 años, y Erik, de 54, siguieron por videollamada desde prisión lo que pasaba en la corte. El sangriento asesinato del poderoso empresario musical de origen cubano y de su esposa estremeció a Estados Unidos en 1989. Los hermanos, en la época de 21 y 18 años, abrieron fuego a sangre fría contra sus padres mientras estos veían televisión, e intentaron hacerlo pasar por un ataque presuntamente de la mafia, dijeron inicialmente. Tras la confesión de Erik con su terapeuta, las autoridades no demoraron en ponerlos tras las rejas. Los hermanos enfrentaron un juicio muy mediático en el que su defensa afirmó que cometieron el parricidio como consecuencia de años de abuso psicológico y sexual a manos de un padre violento y una madre negligente. Pero la Fiscalía los acusó de planear el crimen para hacerse con una millonaria herencia. Un primer jurado no alcanzó un veredicto unánime, pero el segundo juicio terminó con la condena a cadena perpetua. El fiscal de Los Ángeles, Nathan Hochman, litigó en contra de su liberación bajo el argumento de que los hermanos no han hecho acto de contrición por el crimen, y de que no hay elementos legales que sustenten un nuevo juicio o un cambio en la sentencia.