Chihuahua.- Con una trayectoria que abarca la interpretación, la investigación y la docencia, Rubén Abraham Quintero Gómez se ha consolidado como una de las figuras clave en la promoción de la danza folclórica dentro de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH).

Licenciado en Danza Popular Mexicana por la Academia de la Danza Mexicana del INBA, maestro en artes y doctor por el Instituto Superior de Educación Artística CALMECAC, el académico es catedrático de la Facultad de Artes desde 2016 y actualmente dirige la Compañía de Danza Folclórica de la UACH.

Quintero recuerda que su vínculo con la Compañía inició en 2007 como bailarín, etapa que se extendió por una década. Tras su regreso a la universidad, asumió la dirección del grupo hace dos años, luego de un periodo previo como director interino.

“Llegué con la pasión por mantener viva la tradición y con la intención de aportar una visión distinta que permita a los jóvenes crecer como humanos, artistas y conocedores del folclor”, afirmó.

Para Quintero Gómez, la danza representa un lenguaje esencial

“La danza es el lenguaje más honesto: conecta historia, emociona y comunica. Decidí dedicarme a ella porque me permitió entender mi identidad, dialogar con otras culturas y acompañar a las nuevas generaciones en la construcción de su propia voz artística”, expresó.

A lo largo de sus 59 años de historia, explicó Quintero, la Compañía que actualmente dirige ha transitado por un camino de transformación constante.

“Ha pasado de ser un grupo académico local a convertirse en referente artístico y formador. En 57 años se consolidó un patrimonio, y en los últimos dos continúa un proceso con una visión renovada”, destacó.

Entre los logros más relevantes menciona la creación de un repertorio propio, giras nacionales e internacionales, la generación de investigación sobre danzas regionales y la formación de bailarines, docentes y coreógrafos que hoy contribuyen al desarrollo artístico del país.

No obstante, reconoce que el grupo ha enfrentado retos importantes: “Antes, el desafío era consolidar estructura y reconocimiento institucional. Hoy lo son la sostenibilidad, la preservación rigurosa frente a la comercialización del folclor y la integración de nuevas tecnologías sin perder autenticidad”.

El perfil del bailarín universitario también ha evolucionado

“Ahora es más interdisciplinario: combina técnica tradicional con innovación, gestión cultural y producción escénica. Además, hay mayor diversidad y acceso, lo que enriquece la mirada artística”.

Uno de los rasgos distintivos de la compañía, sostiene, es “el equilibrio entre rigor documental y libertad creativa”, un sello que se refleja en la selección de repertorios, basada en la autenticidad, la pertinencia cultural y el valor pedagógico.

La investigación del folclor es “columna vertebral” de la formación: permite al bailarín contextualizar, respetar y ejecutar desde la conciencia ética, aseguró.

El montaje que mejor representa la identidad del grupo es, para él, el de Las polkas de Chihuahua, creado por los primeros directores de la compañía, Antonio Rubio y Socorro Chapa. “Sintetiza nuestra búsqueda entre tradición y memoria escénica”, comentó.

Celebrar 59 años del nacimiento de la Compañía significa para Quintero “continuidad, responsabilidad y gratitud”. En ese sentido, dedica un mensaje a los fundadores y exintegrantes: “Gracias por su visión, disciplina y entrega. Su legado vive en cada ensayo, en cada montaje y en los valores que transmitieron”.

Como director, aseguró que su mayor desafío ha sido equilibrar la exigencia artística con la vida académica de los jóvenes, manteniendo expectativas realistas sin perder ambición creativa. A cambio, la Compañía ofrece espacios de formación técnica, investigación, montaje, giras y acompañamiento para el desarrollo de proyectos personales.

Quintero subraya que la Compañía de Danza Folclórica de la UACH aporta al estado y al país un trabajo fundamental de preservación del patrimonio cultural, difusión y diálogo intercultural. Su presencia ha sido ampliamente acogida por el público chihuahuense, que mantiene un vínculo de cariño y orgullo hacia el grupo.

Al pensar en el futuro, visualiza una compañía con mayor presencia digital, proyectos interdisciplinarios, un cuerpo estable y líneas de investigación más sólidas. Entre las innovaciones previstas menciona programas de mediación cultural, uso responsable de tecnologías audiovisuales, talleres interdisciplinarios y modelos de mentoría para jóvenes creadores.

Rubén Abraham, resume lo que ha significado para él encabezar este proyecto

“Ha sido un honor inmenso, un ejercicio de gestión, liderazgo y sensibilidad artística. Mi mayor aprendizaje ha sido valorar la paciencia, la escucha y la fuerza del trabajo colectivo”, concluyó.