Cd. de México.- "¿Cuándo fue la última vez que jugaste sin motivo, sin miedo, sin meta?", plantea el coreógrafo César Brodermann.

En su obra más reciente, Regreso, hace un llamado a recuperar la libertad del juego, que suele perderse en la adultez.

"Me di cuenta de que había dejado de divertirme al bailar", dice Brodermann. "Había perdido la alegría de moverme sin razón". Ese malestar se convirtió en la semilla de la nueva obra.

A lo largo de cinco meses, el equipo creativo de Aterno, la compañía que dirige Brodermann, trabajó en laboratorios colaborativos. Cada bailarín llegó al estudio con una "caja de memorias" para reconstruir sus infancias: objetos y fotos que sirvieron como detonadores del movimiento. Brodermann, por ejemplo, llevó su cinta amarilla del tae kwon do y su uniforme de basquetbol.

La pieza con nueve bailarines y tres aprendices se construyó desde la intuición, la improvisación y la ternura.

"Empezamos a crear un lenguaje mucho más juguetón desde la improvisación, la investigación y la intuición", agrega el coreógrafo, partidario del trabajo colaborativo.

En Regreso, el caos es parte del plan. No hay personajes ni una historia que seguir.

"El primer acto es el regreso a la locura, la intuición, a movernos por movernos. El intermedio es el recreo de la audiencia: saltar, bailar sin pensar. El intermedio es el recreo del público. El último es ¿qué hago ahora? ¿cómo me puedo mover en mi día a día", explica.

La escenografía de José Portillo y la iluminación de Estudio 8291+Dania Garcia evocan ese mundo de la niñez.

El vestuario, diseñado por Iran Dimas, se aleja del blanco y negro característicos de su marca para ampliar la paleta de colores. Utilizó como inspiración los dibujos de los propios bailarines, cómo imaginaban verse.

La música fue compuesta por Isaí Ramírez, quien también trabajó en El concreto es eterno, ganadora del Premio Nacional de Danza Guillermo Arriaga. Brodermann anticipa que en las funciones habrá al menos una batería y una guitarra en vivo para que el performance se sienta más vivo.

La música tiene varias capas al incluir elementos secretos, producto de la inventiva de los bailarines, y un guiño a la banda de rock del padre de Brodermann.

Después de su estreno en el Teatro de la Ciudad el 5 y 6 de julio, Regreso se presentará el 11 y 12 de julio en la Sala Elisa Carrillo del Centro Cultural Mexiquense Bicentenario, y en noviembre tendrá una temporada del 20 al 23 en el Teatro Raúl Flores Canelo del Cenart.