Nueva York.- Los fabricantes de vehículos eléctricos de China están enfrascados en una guerra de precios fuera de control. Sus proveedores dicen ser los más afectados.

El fabricante automotriz más importante del país, BYD, acaba de reducir el precio de un vehículo eléctrico básico al equivalente de menos de 8 mil dólares. Para alcanzar precios tan bajos, los proveedores señalan que la compañía y otras similares los están exprimiendo, al exigir precios más bajos y alargar periodos de pago.

BYD, o Build Your Dreams, suele pagar a proveedores inicialmente con un pagaré electrónico que llama D-chain, por la palabra "Dreams" o "Sueños" en su nombre. Los proveedores pueden esperar casi un año antes de poder cobrar los pagarés. Dicen que estos métodos de pago son una pesadilla para el flujo de caja. No obstante, se están adaptando, desesperados por que sigan llegando pedidos.

La sobreproducción y la escasa demanda de consumidores impulsan la tendencia. La industria automotriz de China es uno de los muchos sectores afectados por una ola deflacionaria que amenaza su economía, al tiempo que las relaciones comerciales con EU siguen siendo tensas.

El fenómeno se conoce como neijuan, una palabra en mandarín que ha sido ampliamente usada para referirse a una situación en la que las personas trabajan duro y compiten férreamente sin que nadie avance.

Los precios de los productos que salen de fábricas chinas han caído durante 32 meses consecutivos respecto al año anterior. Los márgenes de ganancias en la industria automotriz china casi se redujeron a la mitad en la última década, a 4.3% en los primeros cinco meses del 2025, arrojan datos gubernamentales.

Los precios más bajos podrían parecer atractivos para los consumidores, pero la guerra de precios es corrosiva para el crecimiento, afirman economistas. Los proveedores presionados tienen poco margen para subir salarios y es poco probable que trabajadores inseguros derrochen en compras.

Los proveedores dicen que ahora se les piden rebajas de precios hasta una vez al mes. Los fabricantes automotrices están reforzando sus auditorías y exigiendo información sobre lo que los proveedores pagan por materiales. Las armadoras les piden que presenten recibos de luz, registros de turnos de los trabajadores y otros datos de costos para justificar sus precios, revelan los proveedores. Además, los productores automotrices visitan las plantas de proveedores para verificar si el número de trabajadores reportado en las líneas de producción es preciso.

Frustrados con estas prácticas, algunos proveedores automotrices han empezado a alzar la voz. Guo Chuan, presidente de KH Automotive Technologies, escribió el mes pasado una carta abierta titulada "Tengo un Sueño", que se hizo viral por plasmar sus inquietudes.

"Sueño con que algún día, en la industria automotriz china, las principales armadoras y los grandes proveedores tengan conciencia social", escribió.

En una encuesta realizada por la Asociación de Concesionarios Automotrices de China, 84% de las agencias dijo haber vendido autos el año pasado a precios inferiores a los precios mayoristas que pagaron a las armadoras.

En noviembre del año pasado, BYD pidió a algunos proveedores que bajaran sus precios 10% mientras el fabricante automotriz negociaba contratos para el 2025, mostró una carta vista por The Wall Street Journal.

"La competencia en el mercado se intensificará en el 2025, lo que marcará el inicio de una batalla final, una ronda eliminatoria", escribió BYD, llamando a un "esfuerzo conjunto de toda nuestra cadena de suministro para lograr una reducción sostenida de costos".

Crece deuda a proveedores

En los últimos cinco años, BYD ha aumentado seis veces sus ingresos. Durante el mismo período, sus cuentas por pagar y otros documentos por pagar -que analistas dicen que son esencialmente el dinero que debe a proveedores- se multiplicaron por nueve, a 54 mil millones de dólares, lo que representa dos tercios de sus pasivos totales al final del año pasado.

"Ninguna parte del crecimiento reciente de BYD ha sido financiada con deuda convencional", apuntó Nigel Stevenson, analista de GMT Research, con sede en Hong Kong. Dijo que en vez de ello, la compañía exprimió a proveedores para tener dinero disponible para equipo y fábricas nuevas.

Por lo normal, compañías grandes de todo el mundo aprovechan su posición para retrasar pagos a proveedores unos meses, pero en China, los plazos de pago se alargan aún más. Los proveedores de BYD dicen que suelen recibir algo unos meses luego de enviar una factura, pero es el D-chain, el pagaré electrónico emitido por una filial financiera de BYD, en vez de dinero.

El prospecto de la oferta pública inicial de un proveedor de BYD, Guangdong Huazhuang Technology, ofrece un vistazo al sistema de pagos. A mediados del 2023, BYD representaba una cuarta parte de los ingresos del proveedor, que produce autopartes como controladores de frenos y ventiladores. La compañía de rápido crecimiento necesitaba capital para una nueva planta y presentó una solicitud para una oferta pública inicial en junio del 2023.

Uno de sus problemas era el bajo flujo de caja. La empresa dijo que recibía un pagaré D-chain uno o dos meses luego de sus entregas a BYD, que normalmente tenían un plazo de pago de seis a ocho meses.

Los proveedores pueden vender el pagaré D-chain a un intermediario o a un banco, pero por lo común, eso implica la pérdida de algunos puntos porcentuales del valor nominal en comisiones, explican personas en la industria.

Stevenson apuntó a una partida en el balance general de BYD denominada "otras cuentas corrientes externas", que parece ser una forma de financiamiento de la cadena de suministro. La partida se incluyó por primera vez bajo pasivos en el 2021, el año antes de que la subsidiaria del fabricante automotriz comenzara a emitir pagarés D-chain a gran escala. Este monto se disparó a 20 mil millones de dólares al final del año pasado, lo que representa casi una cuarta parte del pasivo total.

El Gobierno ha comenzado a mostrar preocupación. A fines de junio, la Legislatura china modificó su ley de competencia para añadir cláusulas que prohíben a grandes empresas establecer "condiciones de pago obviamente irrazonables" u obligar a proveedores a firmar acuerdos de exclusividad.

El líder chino, Xi Jinping, ha instado a funcionarios a tomar medidas enérgicas contra el neijuan. Autoridades investigan los riesgos que plantean los instrumentos financieros utilizados por las armadoras, incluido el D-chain, revelaron fuentes.

Bajo presión gubernamental, más de una docena de fabricantes automotrices chinos, entre ellos BYD, se comprometieron en junio a pagar a proveedores en un plazo de 60 días a partir de la entrega de productos, una promesa que muchos proveedores dudan que se cumpla. (Rebecca Feng en Hong Kong y Raffaele Huang en Singapur / THE WALL STREET JOURNAL)

Traducida del inglés por Grupo Reforma